Nuestro Arzobispo y Obispo Auxiliar

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Ilmo. Sr. Don Antonio de Morales Molina (1572-1576)

Excmo. Sr. Don Antonio de Morales Molina

El quinto Obispo de la Diocesís, fue natural de Córdoba en Andalucía (España), donde nació, desconociéndose, por desgracia, la fecha y el año de su nacimiento.

Era caballero de la Orden de Santiago, cuyo hábito vistió y fue armado Caballero en la Iglesia de Santiago de Sevilla;

Fue Cura Beneficiado del Partido de Ornachos, visitador de la Universidad de Osuna y Juez Conservador del Convento de Religiosas Dominicas de la ciudad de Ubeda, adquiriendo fama de gran predicador.

Siendo Dignidad "Chantre" de la S.I. Catedral de Córdoba fue promovido por el Rey Felipe II de España, en enero de 1556, a la Sede Episcopal de Michoacán, en la entonces Nueva España, como inmediato sucesor del Excelentísimo Sr. D. Vasco de Quiroga, el inmortal “Tata Vasco”; nombramiento que fue confirmado por el Sumo Pontífice: San Pio V (1566-1572).

No se han podido obtener datos sobre el lugar, la fecha y el año de su Consagración Episcopal.

Con singular acierto, apostólica abnegación y singular prudencia, gobernó dicha Diócesis desde marzo de 1567, hasta el 10 de diciembre de 1572, en cuya S. Iglesia Catedral de la entonces ciudad de Valladolid, hoy Morelia, tuvo la gloria de ordenar al Primer Sacerdote Mexicano: D. Pedro Calzotzin, hijo del infortunado, último Monarca Tarasco.

Habiendo sido trasladado, el 10 de diciembre de 1572, a la Sede Episcopal de Puebla de los Ángeles que, desde el mes de febrero de 1571, se encontraba “vacante”, tomó posesión de su nueva Diócesis, por poder dado al Pbro. D. Diego Caballero Bazán, el 8 de octubre de 1573.

El 11 de noviembre de 1575, el maestro y obrero mayor de la nueva Iglesia Catedral (cuya construcción ya había sido proyectada por Francisco de Becerra), en compañía de Juan de Cigorondo, presentó al Venerable Cabildo la “Traza”, que contenía la planta de la nueva Catedral; cuya construcción se inició, según parece, el 18 del citado mes de noviembre, con expresa aprobación del Prelado; obra continuada por el Maestro Mayor; D. Juan Gómez de Trasmonte y, después de algunos años de suspensión de la obra, en 1634, por su sucesor: D. Luis de Arciniega, Maestro Mayor de la S. Catedral Metropolitana de México.

Este ilustre Prelado escribió la historia de la “Orden de Santiago”.

Después de gobernar a la Diócesis Angelopolitana, con singular acierto y ejemplar celo apostólico, por espacio de 3 años escasos, falleció el 17 de julio de 1576, en su Palacio Episcopal de Puebla.

Sus restos mortales reposan en la llamada: “Cripta de Obispos “, de la S. Catedral Basílica de Puebla. El 27 de Julio de 1576, 10 días después del fallecimiento de este Ven. Prelado, el Ven. Cabildo acordó se derrumbasen las casas donde vivió su Excelencia; por requerirlo así la obra de la Catedral nueva, y a petición del obrero mayor de la misma: D. Juan de Cigorondo, y el 7 de agosto de ese mismo año, en la Sesión Capitular de ese día, se determinó que la Iglesia de la Vera-Cruz  (actual iglesia de San Felipe Neri o de “La Concordia”), sirviera provisionalmente de Catedral mientras se terminaba ésta.

Elogio: “Disertus, Perspicuus, Excultus” (Elocuente, Claro, Venerado).