Nuestro Arzobispo y Obispo Auxiliar

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Ilmo. Sr. Dr. Don Miguel Anselmo Álvarez de Abreu y Valdez (1751-1762)

MiguelAnselmoAlvarezNatural de La Laguna de Tenerife de la Isla de Palma, en las Islas Canarias en nació en 1711. Aunque por desgracia se desconoce el mes y día.

Estudió en el Seminario Conciliar de Las Palmas de Gran Canaria y se doctoró en Cánones en la Universidad de Osuna (Sevilla). Con la Corte en Sevilla es Secretario de Gobierno y Confesor de la Reina Viuda de Carlos II. En 1737, es Racionero de la Catedral de Canarias, Canónigo de la S. Iglesia Catedral de Canarias. Juez del Tribunal de la “Santa Cruzada” en aquella isla, Visitador General de su Diócesis y Subcolector Apostólico en la misma.

El rey Fernando VI de España, mediante la Cédula Real fechada en Madrid el 9 de junio de 1749, lo presentó ante la Sede Apostólica como Obispo Auxiliar de Puebla, en la entonces Nueva España, para ocupar la vacante que dejará el Ilmo. Sr Leyza o Leyva, para ayudar al Ilmo. Sr. Obispo Angelopolitano, de quién era sobrino, en sus cargos y múltiples labores pastorales, S.S. Benedicto XIV (1540-1558), mediante su Bula del 1 de octubre de 1749, le nombró Obispo titular de Cisamo y Auxiliar de Puebla.

El 20 de junio de 1751, en la Santa Iglesia Catedral de Puebla, el mencionado y Electo Obispo Auxiliar, fue solemnemente consagrado por el Ilustrísimo Prelado Angelopolitano su Ilustre y Venerado tío, a quien asistió por espacio de 11 años, con ejemplar abnegación, laudable obediencia y singular eficiencia, ayudó en sus laboriosos ministerios Pastorales, hasta el año de 1762, en que S.S. Clemente XIII (1758-1769), lo promovió para el lejano Obispado de Comayagua, en la entonces provincia de Nicaragua al que gobernó hasta el año de 1765, en qué fue trasladado al Obispado de la Antigua Antequera, hoy Arzobispado de Antequera Oaxaca, del que tomó posesión el 26 de diciembre de 1765 y al que gobernó por espacio de 8 años, 6 meses, escasos; Autor de diversas cartas pastorales sobre asuntos de su Diócesis y sobre la expulsión de los Jesuitas. Además, los debates sobre los indígenas en el Cuarto Concilio Provincial Mexicano.

Habiendo fallecido en su residencia Episcopal de la Ciudad de Oaxaca, el 17 de julio de 1774. Sus restos mortales según parece, reposan en la S.I. Catedral de Oaxaca.