Mensaje al Pueblo de Dios que peregrina
en nuestras Diócesis de Puebla, Tehuacán, Huajuapan y Tlaxcala
Febrero 8 de 2021
Año de San José.
Yo he venido para que tengan vida
y la tengan en abundancia”, (Jn. 10,10.)
Los Obispos de la Provincia que lo Angelopolitana, integrada por las Diócesis de Puebla, Tlaxcala, Tehuacán y Huajuapan de León, Oax., hacemos llegar nuestro saludo y los sentimientos compartidos a cada uno de nuestros hermanos y hermanas. Expresamos nuestra solidaridad y preocupación ante la grave crisis qué la pandemia provocado durante este tiempo.
Queremos expresar a todos aquellos que sufre una enfermedad, la muerte, el desempleo, la inseguridad, la incertidumbre económica y social, nuestra cercanía espiritual y nuestra colaboración; como hermanos en la fe y pastores, esta situación nos ha exigido creatividad pastoral para acompañarlos, privilegiado siempre el cuidado de la vida y de la familia.
Como preparación para celebrar la Pascua de Jesús, unidos a la Iglesia universal, iniciaremos el camino cuaresmal. Con este fin, como Obispos de la Provincia, compartimos nuestras reflexiones e indicaciones pastorales para llevarlas a la practica en estos días santos:
- 1. Nuestra convicción sobre la sacralidad de cada vida humana es inalterable. El respeto, cuidado y defensa de la vida y de la familia serán siempre una prioridad de la iglesia católica. Por eso, seguimos comprometidos en el cumplimiento de los protocolos sanitarios que las autoridades de salud nos han indicado: uso obligatorio de cubrebocas, gel antibacterial, sana distancia y el aforo permitido en cada celebración, privilegiado el uso de las capillas abiertas, atrios, etcétera. Así también invitamos a las personas vulnerables que se queden en casa y a todos, esforzarnos por una conducta responsable y solidaria.
- 2. En nuestra Iglesia, el tiempo santo de la cuaresma es el momento privilegiado para la reflexión, la purificación, la oración, el ayuno, la limosna y las obras de misericordia, siguiendo el llamado constante de la palabra de Dios, qué dice: "Conviértanse porque ya está cerca el reino de los cielos” (Mt 3,2). Queremos insistir en que este tiempo es un “Kairós”, es decir, una oportunidad en la etapa de nuestra historia personal y comunitaria para corregir muchas prácticas y costumbres que se han repetido por muchos años y no reflejan el verdadero sentido cristiano ni la intención de Jesús para su iglesia.
- 3. Domingo a domingo, el mismo Dios, Señor de la Vida y de la Historia, nos acompaña con su Palabra, que invitamos a escucharla con atención, meditarla, compartirla y hacer la vida. De manera concreta, les pedimos volver la mirada, al de junto, al prójimo al más pobre, solo y necesitado; y expresar con un gesto personal familiar, o eclesial la fraternidad, la caridad, la misericordia y solidaridad, brindándoles una despensa o una ayuda concreta, de acuerdo a las propias posibilidades. Tengamos presente a nuestros sacerdotes que también están sufriendo la crisis de esta pandemia. Creemos que, de esta forma, podemos fortalecer los vínculos de unidad y ser más coherentes con nuestra fe y abonar en mucho al tejido social tan lastimado.
- 4. Sus hermanos Obispos, a quiénes se nos han encomendado el cuidado Pastoral de esta Provincia, hemos experimentado la necesidad de acompañar, de manera especial, a las personas en estos momentos complicados de la vida. Por eso, frente a esta situación, invitamos a los sacerdotes a la creatividad pastoral, haciendo uso de los medios digitales para llegar a cada enfermo y a cada familia, como el Buen Samaritano (Lc. 10) y de los que sufren la pérdida de un ser querido. Si en algunos casos la presencia es requerida, extrememos los Protocolos Sanitarios para el cuidado común.
- 5. Exhortamos a los Sacerdotes a que continúen celebrando la Eucaristía diaria, exponiendo el Santísimo Sacramento, escuchando la confesión individual, donde las condiciones y espacios habilitados lo permitan, y además prácticas de vida espiritual y de Piedad. Invitamos a nuestros fieles, que, por alguna razón, no puedan participar presencialmente, a continuar viviendo su ser de Iglesia doméstica, celebrando la fe con los suyos y realizando en familia, con los debidos cuidados, las celebraciones, los ritos y costumbres propias de este tiempo. De igual manera, nos dirigimos a los Consejos pastorales, Mayordomías y demás grupos de Apostolado a ser dóciles a las disposiciones de sus Párrocos, por la situación tan compleja que estamos viviendo.
- 6. Miércoles de Ceniza. Respecto al inicio de la Cuaresma con el Miércoles de Ceniza, proponemos a los Sacerdotes, además de las recomendaciones antes mencionadas, lo que consideren más viable y seguro en su comunidad. Realicen la celebración Eucarística para bendecir la ceniza en el momento más oportuno; para la imposición de ceniza, pueden seguir alguna de las siguientes opciones:
- A) Presencial
- a. Imposición de ceniza con protocolos en espacios abiertos, evitando el contacto directo con los fieles y entre ellos, con el aforo permitido. Tomen en cuenta las recomendaciones de la congregación para el culto divino sobre el Miércoles de Ceniza.
- b. Los párrocos pueden ayudarse para la imposición de ceniza de "Ministros Ad Casum", ya sean laicos, religiosas o seminaristas.
- B) Virtual
- a. Tener la ceniza en el templo, y desde días antes poder repartir la y hacer el rito en casa, guiados por un subsidio o la celebración transmitida vía digital; privilegiar hacerlo en familia y de manera consciente y respetuosa.
- b. Guiar el proceso de hacer la ceniza en casa indicar la forma y los medios y participar con ella en las transmisiones digitales, buscando hacerlo en un momento oportuno de reunión familiar en ambiente de oración.
- c. Las personas que, por diferentes circunstancias, sean imposibilitadas de recibir la ceniza, realicen un compromiso, en ambiente de oración, por mejorar la relación con Dios y con los Hermanos, en orden a la celebración de la Pascua.
- A) Presencial
- 7. Respecto a los Viernes de Cuaresma, tan significativos en la vida de Piedad de nuestras comunidades, la celebración en santuarios representativos deberá hacerse, respetando los protocolos y, donde se juzgue prudente por bien de los fieles, cerrar para no exponer a una posibilidad de contagio. El viacrucis procure sé hacer en familia o entre vecinos o en el templo, respetando siempre los protocolos de seguridad.
En esta etapa de la historia, el Espíritu nos impulsa a interpretar los signos de los tiempos que nos han tocado vivir; es una oportunidad para hacer nuestra la exigencia y la alegría del Evangelio, de tal manera que salgamos mejor de esta pandemia. Los invitamos a la oración, al diálogo, a la creatividad e iniciativa, para ser cada vez más fieles a la intención de Jesús entre nosotros: hacer presente del Reino de Dios caracterizado por la justicia, la paz, el perdón, el amor y el gozo de caminar juntos en esperanza.
Que la virgen Santa, nuestra Madre de Ocotlán, Patrona he intercesora de la Provincia Eclesiástica, inspiré los mejores sentimientos y sostenga los trabajos de cada uno, para mayor gloria de Dios y la salvación de todos.
Por los Obispos de la Provincia Angelopolitana.
+Víctor Sánchez Espinosa
Arzobispo de Puebla
+Gonzalo A. Calzada Guerrero
Obispo de Tehuacán
+Tomás López Durán
Obispo auxiliar de Puebla
+Julio C. Salcedo Aquino, m.j.
Obispo de Tlaxcala
Mons. Rogelio Palma Tapia
Administrador Diocesano de Huajuapan
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Nota sobre el Miércoles de Ceniza.
Imposición de la ceniza en tiempos de pandemia.
Pronunciada la oración de bendición de las cenizas después de asperjarlas, sin decir nada, con el agua bendita, el sacerdote se dirige a los presentes, diciendo una sola vez para todos, la fórmula del Misal Romano «Convertíos y crecer en el evangelio». O bien «Acuérdate que eres polvo y al polvo volverás».
Después el sacerdote se limpia las manos y se pone la mascarilla para proteger la nariz y la boca, después impone la ceniza a cuánto se acerquen a él o, si es oportuno, se acerca a cuanto estén de pie en su lugar. El sacerdote toma la ceniza deja caer sobre la cabeza de cada uno, sin decir nada.
En la sede de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, a 12 de enero de 2021.
Card. Robert Sarah
Perfecto
Arthur Roche
Arzobispo Secretario